Por Toby Threadgill / Kaicho
Takamura ha Shindo Yoshin Kai
El Budoka 2.0 Enero – Febrero 2013 l 29
Me parece interesante y comparto el razonamiento realizado en este articulo y que describe la controversia que se tiene en occidente sobre la practica del Koryu Budo.
¿Cree que quiere estudiar un Koryu Budo? ¿Está seguro?
El Nihon Koryu o Budo Japonés clásico es una tradición que puede estar totalmente fuera de lugar en relación con los ideales modernos del pensamiento occidental, individualidad y autodeterminación. Es un tipo de meta única y, ciertamente, no es para todo el que esté interesado en el entrenamiento de artes marciales. Existe un importante debate sobre
cuán exitosamente puede el Koryu Budo ser transmitido fuera de Japón y tan solo el tiempo dirá si este tipo de transmisión será o no exitosa.
Mi profesor Takamura Yukiyoshi creía que un Koryu podía ser enseñado y/o transmitido de manera satisfactoria pero, al mismo tiempo, reconocía que este hecho enfrentaba diversos desafíos.
A ver, el Koryu es, admitámoslo, anticuado; muchas escuelas requieren y exigen exponerse a intrincadas y “oscuras” costumbres sociales Japonesas y participar en rituales muy lejanos a la experiencia habitual de un occidental.
En una escuela moderna de Budo, desligada de las estrictas normas de adherencia asociadas a los ideales Japoneses clásicos, el profesor es libre de
satisfacer los deseos y la individualidad del alumno.
En una escuela clásica los deseos individuales de un alumno son de escaso interés. Mantener y preservar las tradiciones de la escuela y su legado
técnico son los objetivos perentorios del entrenamiento y estudio de la misma.
Un desafío importante al que se enfrentan los no-japoneses que estudian un Koryu es que es un “paquete completo”. Nosotros, los occidentales, estamos acostumbrados a “pillar” las cosas que queremos aprender pero un Koryu no permite ese tipo de libertad.
El currículo está establecido y el proceso de enseñanza muy estructurado.
El entrenamiento en un Koryu se facilita enormemente interiorizando un tipo de mentalidad llamada “nyunanshin”. Usando una descripción más familiar para los occidentales, los estudiantes de un Koryu deben, simplemente, dejar a un lado sus deseos y abrir sus mentes a otras maneras de ver el mundo.
Deben dejar de lado cualquier noción previa o idea preconcebida sobre lo que esperan y, en su lugar, sumergirse en la experiencia de ser moldeado por una entidad cargada con el mantenimiento, durante siglos, de una de tradición cultural y marcial única.
Así que… ¿Qué es el Koryu Budo?
Antes de 1868, la política y cultura Japonesa
eran parte de una estructura feudal dominada por señores de la guerra llamados Daimyo. Durante esta época, la sociedad estaba estratificada en
clases, entre las cuales se incluía una casta militar conocida como los Samurai.
Los Samurai trabajaban y mantenían la autoridad de los Daimyo a través de tareas administrativas y por la fuerza de las armas. En 1868 el sistema feudal, encabezado por el Shogun Tokugawa, cayó a tenor de una serie de intensos alzamientos civiles y fue reemplazado por una monarquía con el Emperador Meiji tomando el poder político de manera total.
Con este cambio político los Samurai fueron abolidos como clase social y única fuerza militar y reemplazada por el reclutamiento de una organización militar completamente desvinculada de cualquier
jerarquía social.
Nihon Koryu significa, literalmente, “escuela Japonesa antigua”, y hace referencia a las tradiciones marciales asociadas con la clase Samurai
anteriormente mencionada. Las Koryu son tradiciones muy diversas que reflejan disciplinas marciales existentes a través de muchos siglos. Las más
tempranas de ellas fueron fundadas alrededor del año 1400 DC e incluyen escuelas tan legendarias como Maniwa Nen ryu y Tenshin Shoden Katori
Shinto ryu.
Shindo Yoshin ryu fue una de las últimas escuelas Koryu en ser fundadas. El sistema fue diseñado por un renombrado Samurai llamado Matsuoka Katsunosuke hacia el final del Shogunato Tokugawa.
Estructura Organizativa:
Una de las diferencias más significativas entre el Budo moderno y el Koryu es un remanente de su pasado feudal.
A diferencia del Budo Moderno, que frecuentemente demuestra una estructura democrática, la autoridad en un Koryu es absoluta, ostentándola
exclusivamente el director o “cabeza” de la escuela.
No hay espacio para la disensión, debate o negociación en una escuela de Budo clásica.
Todo lo que un profesor o un estudiante comprometen en relación a su estudio está sujeto a la aprobación del Director de la escuela.
Las enseñanzas y la autoridad individual permitida a los instructores en un Koryu auténtico son reconocidas a través de la expedición y entrega
formal de los documentos oficiales, o pergaminos, identificados como Menjo o Menkyo. Aunque el conocimiento, una vez dado al estudiante permanezca en el estudiante, la autoridad para dar clases formalmente bajo los auspicios de la Ryu no lo hace.
El director en un Koryu ostenta el control absoluto sobre, virtualmente, cualquier aspecto de la escuela. Puede autorizar o revocar la autoridad en
la enseñanza cómo y cuándo crea adecuado. La supervivencia y “salud” de la Koryu se facilita por el tipo de relación que existe entre estudiante, profesor y la Ryu. Por favor, presten atención al detalle por el que no he dicho sólo profesor y alumno.
Los miembros de un Koryu, incluyendo a los profesores y al director de la escuela, entienden conscientemente que son custodios temporales de una
entidad a la cual están obligados.
La Ryu siempre se considera mucho más grande que un solo miembro, da igual en qué posición esté.
En algunos Koryu cada miembro es, finalmente, invitado a cumplir con un ritual conocido como Keppan o juramento de sangre.
Con este acto, se compromete formalmente a mantener una tradición mucho mayor que él y mucho más importante que sus deseos personales
y aspiraciones.
Un profesor que acepta la responsabilidad y los deberes de enseñar en un Koryu jura nunca abusar de su autoridad para propósitos egoístas, personales o comportarse de manera que pudiera ser potencialmente dañina para los miembros de la Ryu o la reputación de la escuela.
Entrenamiento y Dedicación
Una de las cosas más importantes que deben ser tenidas en cuenta si se contempla el estudio de un Koryu es que, una vez permitido el acceso al conocimiento contenido en el Mokuroku, éste es visto como un privilegio, no como un derecho.
Muchos estudiantes de Budo Moderno ven el seguir un entrenamiento como un deporte, un hobby o un acuerdo comercial o económico, por el que el alumno es visto como un cliente que debe ser satisfecho.
Esta actitud está totalmente fuera de lugar en la mentalidad requerida para ser un estudiante de Koryu.
Un miembro formal de un Koryu se da cuenta que no existe una garantía por la que recibirá algo por su “aporte” económico a la escuela. El conocimiento se entrega el estudiante basándose en un criterio completamente desconectado de cualquier compensación económica. Esencialmente, el dinero puede poner el pie en la puerta pero es la dedicación, el carácter y la personalidad, así como la actitud, lo que garantizará el acceso a los conocimientos más profundos de la escuela.
La información contenida en el currículo de la escuela se entrega en dosis muy medidas, frecuentemente de manera individualizada. A diferencia de una escuela de Budo Moderna donde todo el mundo entrena al unísono con una meta claramente definible, habitualmente asociada con la obtención de un cinturón con un color, un profesor de Koryu enseñará a menudo a dos alumnos con experiencia similar de una manera diferente o con una secuencia diferente. Consecuentemente, los sistemas asociados a un “ranking” técnico asociados a un Budo moderno son raros en Koryu y, cuando están presentes, se reconocen como inclusiones modernas.
También debe ser recordado que las prioridades de un Budo Clásico no están centradas en un escenario moderno, se nutren y abrazan tácticas y principios de un mundo y una mentalidad que ya han pasado. Por tanto, la consideración de temas como la defensa personal moderna debe ser sopesada “versus” el mantenimiento de las tradiciones que no necesariamente se acoplan a las realidades que uno pudiera enfrentar en el mundo moderno.
Pese a todo, la defensa personal es, ciertamente, un componente de muchas escuelas Koryu, este Estructura Organizativa: Entrenamiento y Dedicación tipo de consideraciones son siempre de importancia secundaria en contraposición al mantenimiento de la historia, tradiciones y herencias de la escuela.
Como el director de la Shindo Yoshin Ryu, Yukiyoshi Takamura aconsejó a sus alumnos una vez durante una clase sobre aplicaciones para la defensa personal moderna:
“La defensa personal es una consideración muy importante en todo Budo y debe serlo en Shindo Yoshin Ryu. La waza debe mantener su eficacia técnica pero esto no es una escuela de defensa personal moderna después de todo. Seguimos siendo una escuela clásica y practicamos un estilo de lucha con armas clásicas. Más allá de las puertas del Dojo recomendaría mucho más usar una pistola antes que usar Jujutsu.”
Otro aspecto del entrenamiento existente en un Koryu totalmente ajeno a lo encontrado en un la mayoría de Budo modernos concierne el estar expuesto a prácticas culturales y espirituales japonesas. Estos aspectos del estudio parecen irrelevantes a la mayor parte occidentales cuya búsqueda de formación marcial está orientada y dirigida al enfrentamiento y la lucha propiamente dichos. A tales individuos, sumergirse en el estudio del Shinto esotérico o del Mikkyo Budista no les parece relacionado con las artes marciales.
De hecho, tales búsquedas espirituales y sus disciplinas mentales asociadas están en el núcleo central de la comprensión de lo que realmente es el Koryu Budo. Sin experiencia de primera mano acerca de éstos aspectos esotéricos japoneses muchas escuelas Koryu creen que un estudiante no puede comprender el modo de pensar que es la base de estas disciplinas marciales.
Sentarse bajo una cascada de agua helada mientras se recitan Shinto norito memorizados anteriormente o un Mantra budista relacionado con la diosa Marishiten son una materia bastante extraña, hasta para un japonés. Para un occidental, raya con lo surrealista.
Sin embargo, la importancia de este aspecto como elemento de la formación Koryu se hace más obvio a medida que los estudiantes se ven inmersos en la experiencia de esta práctica. Intentar explicar exactamente esta tarea a la gente ajena al Budo clásico es muy difícil, ya que se asume con fácilmente como alguna tonta rutina metafísica “new age”. De hecho persigue un objetivo completamente diferente.
Estos antiguos ejercicios mentales/espirituales tienen un objetivo muy concreto y definible en los Koryu.
La intensa disciplina y tensión mental exigida en tal formación persiguen crear un estado mental que afecta al estudiante de modos distintos. Después de tomar parte en tales prácticas regularmente el estudiante comienza a apreciar como un Samurai, templado durante años en cultivar tal disciplina mental y física podría sumergirse en el sangriento ambiente y horror de un antiguo campo de batalla sin perder su entereza y compostura emocional.
El entrenamiento mental persigue infundir la capacidad para un estado de hiper-alerta y de distanciamiento emocional.
Consideremos el fenómeno psicológico moderno del síndrome de stress post-traumático. Muchos soldados modernos debido a una carencia de la preparación mental y emocional han sobrevivido al combate intenso sólo para sufrir, más tarde, un debilitante trauma emocional.
Los Samurai en el Japón feudal estaban bien informados acerca de este fenómeno y desarrollaron métodos de la preparación mental que buscaban preparar al guerrero para esta eventualidad. Los fundadores de muchas tradiciones Koryu entendieron que ignorar los efectos del intenso trauma emocional podría fracturar el equilibrio mental y espiritual.
Por lo tanto, muchas escuelas clásicas todavía incluyen varios ejercicios mentales dentro de sus enseñanzas en sus niveles superiores como un vehículo para infundir la apropiada mentalidad requerida para la plena iniciación en el currículo de una escuela clásica.
Conclusión
Que el nivel de dedicación requerida afiliarse a un Koryu Dojo sea extremo, es obvio.
Lamentablemente muchas personas totalmente incapaces para tal compromiso son atraídas a esta búsqueda. Estas mismas personas parecen estar “románticamente” inclinadas y ser completamente inconscientes de en lo qué se están metiendo.
Entrar en una escuela Koryu es comprometerse en una búsqueda a largo plazo de intransigente y estructurado estudio. No es una simple afición.
Si un estudiante se siente molesto con el ambiente intransigente de un Dojo de Koryu puede ser inadecuado para este tipo de entrenamiento.
Es muy difícil en nuestra sociedad pluralista aceptar la idea que hay que someterse a lo que la escuela exige sin dudar y que lo que el director dice debe ser seguido al pie de la letra. Hay que darse cuenta que el libre albedrío es casi inexistente en Koryu y debe ser dejado en la puerta Dojo… Así son las cosas.
Es igualmente difícil apreciar que el plan de estudios es de verdad anticuado y que se adentra en una cultura y era que nunca podrá entenderse totalmente.
Cada estudiante debe, con la mente abierta, aceptar y reconocer una manifestación de autoridad bastante rígida y unas tradiciones totalmente ajenas a su experiencia previa.
Si no cree sentirse profundamente atraído a una búsqueda tan extraña yo revaluaría el querer entrenar en una escuela de Budo clásica.
Hay muchas escuelas de Budo modernas que proporcionan acceso a una experiencia de entrenamiento excelente y mucho más flexible. Sin embargo, si la tradición y la historia son importantes para usted y ve su entrenamiento como una búsqueda en profundidad, a largo plazo, de la cultura marcial, el modo de pensar y la técnica, el entrenamiento en una Koryu podrá ser no sólo una experiencia muy provechosa si no que le llevará mucho más allá de sus expectativas iniciales.